La mujer escarlata y la bestia. Los diarios mágicos de Lea Hirsig

VV.AA.

Editorial: La Felguera

ISBN: 9788494830549

Publicación: 2018

Nº de páginas: 252

Precio: 23,00 €.

Aleister Crowley, autonombrado Anticristo, Mega Therion o La Bestia 666, el mago ocultista más famoso del siglo XX y uno de los personajes de la cultura popular más fascinantes y enigmáticos, fundó una nueva religión, Thelema, que anunciaba la llegada del Eón de Horus, un nuevo tiempo basado en dos grandes principios: «Haz tu voluntad será el todo de la Ley» y «El amor es la ley, el amor bajo la voluntad». Según Crowley, la revelación contenida en El Libro de la Ley, convertido en un libro sagrado, le fue dictada por un ente llamado Aiwass (el Santo Ángel de la Guarda o Seth, el temible dios destructor asesino de Osiris). Años más tarde, en Cefalú (Sicilia), organizó su primer templo, la Abadía de Thelema, donde puso en práctica sus enseñanzas y rituales de magia sexual e invocación de toda clase de demonios y seres sobrenaturales hasta que fue expulsado de Italia por orden del mismo Mussolini. Para esta tarea mágica (el alumbramiento del Eón de Horus), Crowley, considerado ya por la prensa como «el hombre más malvado del mundo», necesitaba a la Mujer Escarlata, Babalon, la apocalíptica Madre de las Abominaciones, la Novia del Caos que «cabalgará a la Bestia». Leah Hirsig, con el nombre mágico de Alostrael 31-666-31, no fue la primera de estas, pero sí una de las más importantes y quien dejó un más fiel y sobrecogedor testimonio de lo que sucedía diariamente en la abadía, sus rituales y penalidades, esperanzas y momentos aterradores, la increíble vida cotidiana de una comuna mágica.

Por vez primera se publica la totalidad de los diarios de Leah Hirsig, compuestos por Las visiones de Alostrael y el casi desconocido Diario del abandono, joyas bibliográficas repletas de símbolos, hexagramas, invocaciones y magia, y que respetan los manuscritos originales. Son los diarios secretos de uno de los cultos más célebres de nuestro tiempo. Leah, en sus páginas, emociona y, al mismo tiempo, estremece: «Me dedico por completo a la Gran Obra. Voy a trabajar para la maldad. Voy a matar mi corazón. Voy a ser desvergonzada ante todos los hombres, prostituiré libremente mi cuerpo a todas las criaturas», afirma, al tiempo que declara la guerra al cristianismo, llama al «Dios de la Guerra y la Venganza» («Óyeme a mí, Alostrael, que te invoca para que nos ayudes a hacer Tu Obra»), vaticina su propia muerte y refleja los sentimientos de una mujer enamorada de La Bestia: «Yo soy tuya, tú eres mío. 93 93/93. Babalon».