La época de los mamuts lanudos

Bouchard, Serge

Editorial: Pepitas de Calabaza

ISBN: 9788417386757

Publicación: 2021

Nº de páginas: 272

Precio: 22,90 €.

Prólogo de Ricardo Tejada

La época de los mamuts lanudos, libro de madurez del antropólogo, locutor de radio y ensayista Serge Bouchard, amante del norte de Canadá y de la región de Quebec y de los pueblos indígenas que lo habitan, se compone de veinticinco ensayos en los que el autor desgrana las preocupaciones más notorias de su pensamiento: la historia de su país, el lugar predominante de la tecnología en nuestras vidas, la infancia y el paso del tiempo, los rituales de la muerte o nuestra peculiar y casi inexistente relación con el entorno. El nomadismo como actitud vital y filosófica reivindicada por el autor quebequés, el amor a los grandes espacios y a la naturaleza, y un profundo sentido de la libertad impregnan todos y cada uno de los textos aquí reunidos. Y es esta simbiosis tan lograda entre el antropólogo y el poeta, entre el científico y el hombre de carne y hueso, entre el ecologismo y el humanismo, lo que hace que este delicioso ensayo, heredero de la mejor tradición norteamericana (Emerson, Thoreau, Muir, Snyder) y francesa (Montaigne, Camus, Jankélévitch), conquiste como lo hace a los lectores.

[...] Éramos tan profundamente espirituales que siempre nos resultó muy difícil ser religiosos, decía Naedzo, un profeta dene-tlicho, al norte de la pequeña localidad de Cuchillo Amarillo, a orillas del gran lago Sahtu [...].

Pata de Cuervo, el desdichado jefe pie negro, es conocido por haber declarado en el instante de su muerte: La vida no es más que la bruma del aliento del bisonte, nubecilla frágil que flota un instante en el aire glacial de la madrugada, no es más que el minúsculo destello de la luciérnaga en la noche. Pero ¿conoces algo más hermoso que una luciérnaga en la noche negra o una silueta de bisonte al alba en la pradera? La vida es lo único que tenemos. Hay que saber vivir hasta la propia muerte, vivirlo todo, tanto las victorias como las derrotas, tanto los momentos felices como los infelices. [...]