Los dobles y el monstruo. Shakespeare's Madman
Pernas, Salvador
Editorial: Irrecuperables
ISBN: 978-84-85209-72-9
Publicación: 2024
Nº de páginas: 308
Precio: 19,00 €.
Existen nombres que conocemos tan bien que llegamos a olvidar que no sabemos gran cosa de ellos. Shakespeare es uno de esos nombres. Imaginémoslo como una ciudad llena de monumentos prestigiosos de los que llevamos oyendo hablar toda nuestra vida. Fantaseemos con nuestra llegada a la estación de esa ciudad, de madrugada; con que, tras dejar la maleta en el hotel, nos disponemos a dar un largo paseo para conocerla. El resultado de ese paseo es este libro. Un paseo a través de las 36 obras que conforman el corpus shakesperiano.
Propia del paseo es la divagación -y el libro no está desprovisto de ella; la rememoración, también, que esta favorece; la impertinencia de los itinerarios, la injustificable insolencia de los detalles que nos retienen, de las calles que decidimos explorar, de nuestra inclinación a caminar en círculos o, por el contrario, a aprovechar cualquier atajo.
Pasear es un perderse orientado. En este caso por las miradas fundamentales, y opuestas, de los profundos shakesperianos que fueron René Girard e Yves Bonnefoy, cuyo pensamiento acompañó al paseante en sus visitas, proporcionando enfoque a sus intuiciones, rigor y suculencia a sus impresiones. Los paseos solitarios son así los más poblados.
La obra de Shakespeare, abundante y múltiple, se le reveló en el curso de su deambulación sorprendentemente moderna, inagotablemente actual. Obra de un renacentista que nos habla del imperio idolátrico de la imagen, y a través suyo, del mundo de las redes sociales; de la pasión de la imitación propia de la sociedad de consumo y emulación en la que vivimos; de la rivalidad entre iguales que en su lucha por distinguirse se convierten en dobles los unos de los otros; de la crisis en que se pierden las diferencias hasta dar nacimiento al monstruo shakesperiano, figura última de la enfermedad del deseo. Deslumbrado por la riqueza de un pensamiento que no se detiene ante nada y despliega la virtud más infrecuente, y la más necesaria, en un escritor: esa que Keats definió en una carta a sus hermanos como la negative capability.