Nonsense

Nonsense. (2015). Pepitas de Calabaza. 288 páginas. Precio: 16 euros.

[…] Hasta que el surrealismo se lanzó deliberadamente al asalto del inconsciente, la poesía con voluntad de disparatar —dejando al margen los estribillos sin significado de las canciones— no parece haber sido algo frecuente. Eso otorga una posición especial a Edward Lear […]. Lear fue uno de los primeros autores en explorar la pura fantasía mediante países imaginarios y palabras inventadas, y sin propósito satírico alguno. Sus poemas no son todos igualmente disparatados; algunos de ellos ejercen su efecto a través de una perversión de la lógica, pero todos se asemejan en que el sentimiento que subyacente es triste, no amargo. Expresan una especia de chifladura afable, una simpatía natural hacia todo lo débil y absurdo. A Lear cabría considerarle como el inventor del limerick, si bien autores anteriores escribieron versos con idéntico metro, y lo que a veces se considera un defecto de sus limericks —a saber, que la primera y la última línea riman— forma parte de su encanto. La levedad del cambio intensifica la impresión de intrascendencia, que podría echarse a perder en caso de producirse alguna sorpresa inesperada. […].—George Orwell en «Nonsense Poetry» (1945)