Lo llevamos crudo

Lo llevamos crudo. Javier Gallego, con prólogo de Isaac Rosa (2012). Léeme Libros. 224 páginas. 19,90 euros.

«La guerra en curso (eso que llaman crisis) tiene varios frentes abiertos. Y uno de ellos, de los más cruciales aunque parezca el menos cruento (en comparación con los recortes sociales o los retrocesos democráticos), es el frente del lenguaje. Como todas las guerras, esta también nos la están contando, y ganar la batalla del relato es un primer paso para lograr la victoria total. De ahí el esfuerzo del Estado Mayor de la crisis (el sector financiero, sus medios de comunicación, y sus bien mandaos políticos) por usar armamento de última generación en el frente discursivo: metáforas de destrucción masiva, narrativas de grueso calibre, frases hechas con alto poder aniquilador, titulares de prensa capaces de cegar y ensordecer, mentiras tierra-aire, y la fuerza incontenible del lenguaje economicista, ante el que no hay refugio seguro.

Aunque la guerra la vamos perdiendo (pero no canten victoria tan pronto), es en el frente lingüístico donde más difícil se lo estamos poniendo, mediante la guerra de guerrillas que se multiplica en todos los medios: en los escasos resquicios que dejan los medios convencionales, y sobre todo en las nuevas formas de comunicación masiva que posibilita Internet. A los ataques de quienes tratan de imponer un relato de la crisis, una versión oficial, un discurso desmovilizador y un lenguaje trampa, se oponen aquellos que difunden relatos que cuentan la verdadera naturaleza depredadora de esa crisis, una versión alternativa, un discurso de agitación y un lenguaje de resistencia.

Y es en esas batallas donde se bate el cobre nuestro temido Crudo, que en tiempo de paz se llamaba Javier Gallego. Como sabemos sus oyentes –y los que no lo sean, lo descubrirán en esta selección de textos–, Crudo es una máquina letal de disparar metáforas. Las tiene de todos los calibres, a cual más destructiva. Su arsenal es inagotable, como demuestra este libro. Si el enemigo nos arroja gruesas metáforas naturales (la crisis como un terremoto, un tsunami o un incendio), médicas (la crisis como un cáncer o un virus que contagia países, el sistema financiero como aparato circulatorio, los gobernantes como cirujanos, los recortes como una cura de adelgazamiento, las reformas como medicinas…) o domésticas (el país como un hogar donde no se puede gastar más de lo que se ingresa, el gobernante como una aplicada ama de casa, el presupuesto como una irrebatible cuenta de la vieja); Crudo contraataca con metáforas precisas, ingeniosas, originales, irresistibles».

[extracto del prólogo de Isaac Rosa]