Sara Herrera Peralta. Editorial Difácil, Valladolid, 2009. 78 páginas.
Laura Casielles
Pese a lo que anuncia el título, De ida y vuelta es el fresco de un viaje que no ofrece regreso. Sara Herrera Peralta nos conduce desde una estación bien conocida («Una vez creí que la vida estaba muerta, me adentré en el túnel escaleras abajo, / me pidieron un ticket, pasé por taquilla. No debiera ser tan obediente») hacia una ciudad, un mundo, subterráneos y agrestes, en los que nada es fácil. Allí, un trayecto cualquiera, bajo la lupa del detalle, revela sus sombras, trampas y fantasmas a través de los más desposeídos de los compañeros de ruta, a través de las paradas más amargas de nuestros recorridos cotidianos. Como en toda expedición que observa lo diferente, estos versos que van marcando paisajes desconchados y destinos que se frustran son a la vez un viaje hacia uno mismo, hacia lo extranjero que nos habita, hacia el desconocimiento.
Sara Herrera nos ofrece la ida. Para la vuelta, sólo nos deja «el consuelo de los expatriados, una cierta esperanza, algo de amor, el silencio más allá de la locura / y de cualquier frontera».