Los contactos furtivos

RABINAD, ANTONIO
Editorial: Dirección Única
Publicación: 2016
Nº de páginas: 274
Precio: 10,00 €.

Galardonada con el Premio Internacional de Primera Novela José Janés de 1952, fue inmediatamente secuestrada por la censura. A lo largo de los siguientes cuatro años y tras múltiples peripecias, entre las que se cuenta cambiarle el título a la obra y volverla a enviar para esquivar el dictamen devastador de los dos primeros censores, la obra vio la luz. En 1956.
“No comprendo el premio internacional de primera novela a esta novela. Un inválido sorprende en fragrante adulterio a su mujer y se suicida poniéndose en la vía del tren.
Contiene (ilegible) pasajes lúbricos y asquerosas suciedades. Parece hacer mofa de la Religión en dos pasajes”. 23 de julio de 1952. Lector número 10. Pedro de Lorenzo.
“Se relatan varios episodios aislados (un profesor tullido y amargado, cuya mujer le engaña; un pobre operario de fábrica, al que el dueño le “facilita” una boda con una amiga suya; y otros por el estilo. Todos son esencialmente sexuales, inmorales y de mal gusto. Para poderse publicar habría que suprimir capítulos enteros, y en otros, muchos párrafos y frases, quedando la obra completamente mutilada, por lo que proponemos que no debe autorizarse su publicación.” 8 de junio de 1955. Lector número 16, un tal Manuel Sancho Millán.
“Rabinad noveló en la frontera de un tiempo y de la geofísica de una ciudad. Los contactos furtivos retrata la sordidez total de una Barcelona aún abrumada por las consecuencias de la guerra y la sórdida cultura de los vencedores y de una Barcelona límite, donde terminan las casas y empiezan descampados, solares, fábricas, talleres, almacenes, es decir, una Barcelona anterior a la brutal especulación del suelo del porciolismo, que destruyó la fisonomía de los barrios y convirtió la ciudad en una inmensa y continuada combinación complementaria de viaductos y parkings.” 1985. Manuel Vázquez Montalbán.