Elena Pintado Miranda
Entre las muchas cosas que te puedes encontrar al navegar por Internet, no es extraño dar con un blog de alguien que recopila fotos de archivos policiales. Y buscando una foto que me permitiera desarrollar un breve artículo sobre Emma Goldman era de esperar que algo así apareciera tarde o temprano, ya que la Goldman fue detenida en más de una ocasión.
Lo cierto es que no era esto lo que andaba buscando. Pretendía más bien una imagen que centrara el tema en la Emma conferenciante de forma más directa, una mujer, una anarquista, hablando en medio de la multitud, y que me permitiera hacer una breve descripción de su vida desde esa perspectiva. Pero me llamó mucho la atención esta foto, evidentemente de una ficha policial, por esa mirada provocadora frente a la cámara y el detalle de que se quitara las gafas en la foto de perfil. No pude resistir pinchar sobre la misma y descubrir hacia donde me llevaba: la página de «Mr. Ed’s Crimminal Mug Shots»[1]. El blog nos presenta la recopilación de fotos como un conjunto en el que hay todo tipo de gente: «famosos, políticos, el rico y el pobre»; desde Al Capone a Michael Jackson, se abre un espectro de personajes entre los que, agrupados todos bajo la característica de haber sido fichados por la poli, no se diferencia al cantante del mafioso, al traficante de armas de una declarada antimilitarista que siempre defendió los derechos de los más desfavorecidos.
Teniendo en cuenta los tiempos que corren y la facilidad con la que los términos se utilizan para englobar todo tipo de realidades, esta mezcla de «criminales» podría haberme dado mucho de qué hablar, pero preferí centrarme en Emma Goldman y averiguar cuál había sido su «delito».
Por suerte, es una de las únicas fotos de la página en la que aparece la fecha: el 31 de Agosto de 1893. No me fue difícil encontrar la historia repasando su propia autobiografía[2]. Emma, emigrante rusa, vivió la expansión industrial de Norteamérica y sus consecuencias: el aumento de la explotación y la precariedad –sobretodo de la gran masa de inmigrantes que llegaban al nuevo mundo buscando una oportunidad–, la pérdida de libertades, los abusos del poder… Fue uno de estos abusos, el que tuvo lugar en Haymarket Square durante una protesta obrera y finalizó con la condena a muerte de cuatro anarquistas, los Mártires de Chicago[3], lo que despertó su conciencia política. Ése fue el comienzo de una lucha que ya no cesaría nunca.
En su autobiografía nos cuenta cómo, en esta fecha, conociendo la situación caótica que atravesaban los miles de parados de Nueva York, viaja desde Rochester para apoyar las acciones que se estaban llevando a cabo. Reuniones, mítines, colectas de comida y una gran manifestación. Estas fueron sus palabras al final de la misma:
«Hombres y mujeres –empecé en medio de un silencio repentino– ¿no os dais cuenta de que el estado es vuestro peor enemigo? Es una máquina que os aplasta para poder sostener a la clase dirigente, vuestros amos. Como inocentes niños depositáis vuestra confianza en los líderes políticos. Les facilitáis ganar vuestra confianza solo para dejar que os vendan al primer postor. Pero incluso cuando no hay una traición directa, los políticos obreristas hacen causa común con vuestros enemigos para manteneros a raya, para evitar la acción directa. El Estado es el pilar del capitalismo, y es ridículo esperar ningún desagravio de su parte. (…). Vosotros también tendréis que aprender que tenéis derecho a compartir el pan del vecino. Vuestros vecinos no solo os han robado el pan, sino que os están chupando la sangre. Seguirán robándoos, y a vuestros hijos, y a los hijos de vuestros hijos, a menos que despertéis, a menos que os volváis lo suficientemente osados como para exigir vuestros derechos. Bien, entonces manifestaos delante de los palacios de los ricos; exigid trabajo. Si no os dan trabajo, exigid pan. Si os deniegan ambas cosas, tomad el pan. ¡Es vuestro derecho sagrado!».
Dos días después Emma Goldman es detenida. Juzgada por incitar a la violencia, la declaran culpable y la condenan a un año de prisión.
Al leer de nuevo su discurso y consciente de que ha pasado más de un siglo desde que lo pronunció, no puedo evitar un sentimiento muy raro frente a la actualidad de sus palabras en estos tiempos de «crisis».
No sería la última vez que pasaría por la cárcel: como anarquista, como pacifista y antimilitarista, como defensora de los derechos de los más desfavorecidos. Apoyó todas las buenas causas y sus palabras siempre hicieron arder las orejas de los que detentaban el poder, estuvieran en el lado que estuvieran.
Esta «criminal» fue una adelantada a su tiempo. Leer su vida es todo un aprendizaje, rescatar sus palabras una vía para re-generar los discursos y lanzar nuevos mensajes acordes a nuestro tiempo. Hagámoslo.
[1] mugshotss.blogspot.com
[2] GOLDMAN, Emma (1996), Viviendo mi vida, tomo 1, Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo.
[3] Y que dio lugar al 1 de Mayo como «Día Internacional de los trabajadores».
Para saber un poco más sobre Emma Goldman y de su contexto:
- GOLDMAN, Emma (2008), La palabra como arma, Madrid, Malatesta – Tierra del fuego.
- ___ (2008) Fraternalmente Emma: cartas de amor y de guerra. La Felguera ediciones.
- MUIÑA, Ana (2008), Rebeldes periféricas del siglo XIX, Madrid, La linterna sorda.
- PEIRÁS, José (2010), Emma Goldman, anarquista de ambos mundos, Madrid, La linterna sorda.
- Documental: Emma Goldman, una mujer sumamente peligrosa, se puede ver en la siguiente dirección: video.google.com/videoplay?docid=-8944617823561968641#