[ed. antigua] Páginas malditas. Sobre la cuestión judía y otros textos

Marx, Karl

Editorial: Libros de Anarres

ISBN: 9789871523177

Publicación: 2012

Nº de páginas: 122

Precio: 7,00 €.

"Es fácil entender por qué las páginas escritas por Marx, que se publican en la presente selección, fueron y todavía son “malditas”: no coinciden en absoluto con la imagen del Marx que se construyó oficialmente.
El Marx políticamente correcto, demócrata, reformista... y hasta leninista, que el marxismo oficial construyó durante un siglo y medio, no resiste en absoluto frente a esta crítica radical de los valores que las universidades y organizaciones reformistas transmiten acerca de él.
Como verá el lector en “Sobre la cuestión judía”1 y las otras “páginas malditas” que se publican en esta selección, Marx no se muestra partidario del progreso demócrata burgués en general, ni de los derechos democráticos en sí, ni tampoco del trabajo y el esfuerzo productivo como sostienen todos sus epígonos. Tampoco proclama como objetivo del ser humano el trabajo, ni el desarrollo de la economía nacional. Es más, ni siquiera considera que el mundo pueda cambiarse desde la política, desde el Estado.
Todo esto es más que suficiente para que todas estas páginas, que publicamos en esta selección y que critican el trabajo, la economía, la democracia, la revolución política... hayan sido “olvidadas”, negadas, ocultadas, descalificadas como pecados de juventud, por todos los partidos oficiales y semioficiales que se presentaron desde siempre como sus continuadores.
Al respecto merece la pena destacar que ello acontece con la familia socialdemócrata en toda su extensión: “socialistas”, “comunistas”, leninistas, maoístas, castristas, guevaristas... [chavistas, "socialistas del siglo XXI"], así como con su vertiente universitaria y de marxistas-leninistas, formadores de cuadros, como el althuserianismo, el harneckerismo... [y como los "marxólogos".] De más está decir que también esa visión de Marx construida por sus “epÍgonos” ha servido desde la otra cara de la socialdemocracia, la “anarquista” o en general la “libertaria” y “demócrata”, para su construcción del mito de Marx “socialista autoritario”, “estatista” y hasta “precursor del leninismo y el estalinismo”.*

[...]
El programa de la revolución social, el programa comunista, no es para Marx un conjunto de ideas a aplicar, sino, por el contrario, el movimiento social mismo del proletariado constituyéndose en fuerza y cuestionando el orden social capitalista vigente. Las expresiones teóricas, debidas a Marx, como las que aquí subrayamos, son a su vez un aspecto esencial de la afirmación social de ese movimiento práctico. Por lo mismo, su ocultamiento no es sólo una cuestión teórica.
Lo que interesa entonces no son esas expresiones como producto del “individuo” Marx, sino como expresiones del proletariado constituyéndose en fuerza, en contraposición con todo el orden social capitalista. Sería más correcto todavía decir que no es Marx el que escribe sobre el movimiento práctico, sino por el contrario, que es el movimiento en su desarrollo práctico el que lo formula a través de Marx. En ese sentido, y más allá de tal o tal límite o concesión hecha en tal momento de su vida a sus propios enemigos (la socialdemocracia), toda la obra de Marx es una contraposición brutal con todo lo que se llama marxismo.
[...]
Los materiales publicados en esta selección contienen los elementos esenciales de la crítica radical a toda la sociedad burguesa. Nosotros queremos subrayar algunos, pero no pretendemos que sean los únicos, ni nos animamos a afirmar que son los “más esenciales”. Al contrario, por ser expresiones de un proceso incipiente de afirmación programática [del programa comunista], son materiales inacabados, contradictorios, borradores, demasiado ricos para que con tanta distancia en el tiempo alguien pueda atribuirse el derecho a decir qué es lo importante y qué no (como sistemáticamente hicieron los herederos oficiales de Marx). Por lo que instamos al lector a leerlos y releerlos, a empezar de nuevo, a cuestionarlos, a contrastarlos con su práctica y con la actualidad, a resumirlos y subrayarlos.
Es normal que en una primera lectura tanto los textos como esos borradores parezcan raros, difíciles, viejos, desactualizados, que a veces no se entienda lo que quiso decir el autor. ¡Todos los mecanismos ideológicos del capitalismo actual funcionan para presentarnos eso como ininteligible! Todo eso está fuera de moda y de los hábitos actuales que hacen que el lenguaje mismo en que se expresa la crítica del mundo actual parezca mucho más complicado que la apología que hacen los medios de fabricación de la opinión pública [los "mass media" -públicos y privados- y la academia].
Y sin embargo, ¡es tan fácil de entender que el trabajo es esclavitud, que la economía nacional está en contraposición con el ser humano, que el Estado es siempre opresor!" (Extractos de la Presentación del Editor.)