Por la mañana del día 6 de abril de 1976 -hoy (2016) hace cuarenta años- era abatido por los rasgos de la Guardia Civil Oriol Solé Sugranyes, a pocos metros de la frontera con el Estado francés, en territorio navarro de Euskal Herria, mucho a cerca de la libertad, al día siguiente de haber escapado de la prisión de Segovia con 28 presos más. Oriol, exmiembro de el MIL y compañero de Salvador Puig Antich, ya desde bien joven mantuvo un compromiso por la libertad, un combate encarnizado en contra de todo tipo de explotación y opresión, en un contexto social dominado por la imposición del capitalismo apoyado por la dictadura franquista. Revolucionario anticapitalista y libertario, contó siempre con la estimación de los suyos compañeros y amigos. Fue asesinado cuando ya era muerto el dictador, cuando apenas se estaba iniciando la llamada transición, resultado de un pacto entre élits politiques y económicas hecho bajo la aprobación de los militares que resultó sobre todo en un fraude histórico y social que perpetuó y mantuvo intacta la estructura de dominación existente. En estas cuatro décadas, Oriol se ha mantenido vive en el recuerdo de sus familiares, amigos y compañeros. Pero su presencia se mantendrá viva ahora y siempre a cada lucha que se comience que vaya encaminada a una emancipación personal y colectiva contra todo tipo de dominación.