Poco a poco se van tapando lagunas históricas de nuestra historia, en este caso historia reciente. Otros grupos armados disfrutan de amplia bibliografía, sin embargo, la organización armada FRAP, una de las más activas del tardo-franquismo apenas ha sida tratada. El autor, protagonista de aquella época, nos narra cómo fue la última etapa de esta organización (1976-1980), el activismo callejero, la cárcel, la fuga de Segovia, el Tribunal de Orden Público, las discusiones con presos de otros grupos armados...

La muerte del dictador Francisco Franco deja un panorama incierto en el Estado Español. Mientras que la vieja oligarquía y el poder franquista buscan la mejor forma de sucesión sin pagar ningún coste, la mayoría de las fuerzas reprimidas hasta entonces buscan una solución en la que poder jugar en la repartición del poder, si es necesario (tal y como ocurriría), sin hacer pagar al viejo régimen sus crímenes. Pero no todos están de acuerdo con este reparto de cromos. Un amplio abanico de la izquierda revolucionaria, organizados en diversos grupos políticos, sindicales o asamblearios ponen en cuestión esta transformación del régimen autocrático en monarquía parlamentaria, que además de no juzgar al régimen golpista y convivir con sus más inmediatos seguidores y herederos, niega y conculca derechos de parte de su ciudadanía. Entre estos grupos se encuentra el FRAP, Frente Revolucionario Antifascista y Patriota, y el partido que lo encabeza, el Partido Comunista de España (marxista-ieninista). El FRAP será trágicamente recordado por ser el grupo de Xosé Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz, quienes junto a los miembros de ETA Jon Paredes Manot Txiki y Ángel Otaegi serían los últimos condenados a muerte del dictador en vida, ejecutados el 27 de septiembre de 1975.

Esta novela se inicia en los meses posteriores, cuando varios militantes del FRAP son enviados al Estado francés para crear una infraestructura segura de apoyo y organizar los nuevos grupos armados del FRAP.

Durante el transcurso de la obra veremos tanto la convivencia de los militantes en la clandestinidad, como la organización misma, las discusiones políticas, y las acciones que realizaron en el periodo de 1976 a 1978. Pero también es una cruda muestra de la dureza de su actividad, de las discrepancias con el partido, de las detenciones en la víspera del referéndum constitucional, las torturas sufridas en los eternos interrogatorios, y la convivencia en prisión, donde se encontrarán con destacados miembros de la COPEL, además de otros grupos como los autónomos, anarquistas o de ETA.

Una dura crónica de un tiempo convulso relatada de manera descarnada en la que seguiremos el destino de un grupo de gente que se lo juega todo sin apenas garantías de nada.