El mapa político del siglo que recién comienza, se debate entre varias paradojas. La crisis de la institución Estado, cuyo cenit podría ubicarse en los años noventa de la pasada centuria, se encuentra lejos de haber sido resuelta; sin embargo, el retorno a un Estado "fuerte", una institucionalidad pretérita, capaz de distribuir e incluir amplios sectores sociales a la distribución de la renta y desempeñar funciones de vigilancia del contrato social, ha sido uno de los signos de esta última década.

Bien mirado, este fenómeno no resulta del todo incomprensible. Los estragos provocados por el "modelo neoliberal", el cual convirtió el artefacto estatal en garante del poder privado, han sido la principal causa del retorno. Frente al Estado "débil" el Estado "fuerte" aparece como opción, y con esto invisibiliza la apuesta por nuevas formas de socialidad y reduce la alternativa emancipatoria al estrecho cuadro de la justicia social.

No obstante las claras diferencias en el cartograma político, el Estado no ha variado mucho su rol homogeneizador frente a la necesidad de un nuevo pacto social; sin embargo, la emergencia de un nuevo sujeto histórico, a saber: los movimientos sociales, pone en jaque la conducción y el gobierno de los asuntos públicos.

Este nuevo sujeto adquiere una presencia cada vez más protagónica en el discurso y la práctica política de nuestra contemporaneidad. Así como una vez fue imposible pensar la emancipación sin la lucha de clases, el capital, el movimiento histórico o el modo de producción, hoy ocurre otro tanto al momento de reseñar la forma social de las utopías. Sin embargo, "movimientos sociales", desde su referencia a la pluralidad, deja abierta en más de un sentido su propia definición.

Basados en una práctica tendiente al reconocimiento de la multiplicidad política de los sujetos, la diversidad en condición de igualdad, la democracia cognitiva -entendida en que la comprensión del mundo y la fuente de creación humana exceden los márgenes del contrato existente-, los movimientos sociales constituyen por sí mismos una crítica al proceso universalizador de la modernidad capitalista, rehúsan la disolución de su identidad en la categoría "pueblo" y establecen una tensión constante con los gobiernos -progresistas o no- de la región y el capital transnacionalizado. Su incidencia excede los estrechos márgenes de la nación, y sus propuestas abarcan las reivindicaciones en materia de derechos económicos, sociales, políticos y culturales a escala local, regional y global.

Cumpliendo un viejo anhelo Ruth. Cuadernos de Pensamiento Crítico presenta hoy su cuarto volumen dedicado, como anuncia desde su título, a los Movimientos Sociales.

Coordinado por Ariel Dacal (1) y la Redacción de Ruth. Cuadernos de Pensamiento Crítico, este dossier plantea un recorrido múltiple que intenta dar cuenta, tanto de los ámbitos históricos en que se generan, las formas de organización y proyección que adquieren, los desafíos de la articulación frente a la diversidad de actores y sectores, así como el pensamiento sobre sí mismos y las formas diversas en que se recrea la política de resistencia.

Se suman al intento el análisis de los programas en el entorno altermundista, donde convergen las luchas diversas y se encara el desafío de una articulación global de la resistencia. Se analiza la compleja relación entre los movimientos sociales y los gobiernos progresistas de la región y se otorga especial cuidado al estudio de experiencias que, desde sus prácticas concretas, viven por adelantado el otro mundo posible, concretado en "otra" manera de organizar la producción material y política de la vida humana.

Cierra nuestro volumen un conjunto de documentos que dan cuenta de los resultados políticos de estas luchas en el año 2009. El lector podrá encontrar aquí la Declaración final del 8vo Foro de los Pueblos de Bandiagara en Mali, que tuvo lugar entre los días 8 y 10 de julio, donde se realizó un llamado al conjunto de organizaciones convocadas para el cumplimiento de un programa de movilizaciones que culminará el 18 de diciembre del presente año con la Jornada Internacional de los y las Migrantes o la Declaración de la Cumbre de los Pueblos del Sur Protagonismo Popular, Construyendo Soberanía, resultado de la reunión de los movimientos sociales en la en la ciudad de Asunción en los últimos días del pasado julio.

Especial interés tiene en estos momentos la lucha de los movimientos sociales y el pueblo hondureño por lograr el retorno del presidente Zelaya a la casa de gobierno centroamericana. Por su importancia y por la clara muestra de organización y capacidad de resistencia de las organizaciones que integran el Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado en Honduras, se reproduce aquí el llamamiento al paro que hiciera este en las primeras semanas de la usurpación golpista. Sirva también este cuaderno de homenaje a la dura lucha entablada hoy por los hondureños y hondureñas en la que se decide el futuro de toda la región.