Presentación de La nueva normalidad, En mar abierto y Autobiografía de Manuel Martínez en A Tobeira de Oza


El viernes 22 de octubre a las 19h Presentación de La nueva normalidad (Cambalache, 2021),En mar abierto (Pepitas de Calabaza, 2021) y Autobiografía de Manuel Martínez (Pepitas de Calabaza, 2019) en A Tobeira de Oza (Coruña). Con Eduardo Romero (autor).

Recuérdalo: vamos a seguir contaminándote. A ti y a los tuyos. Así que usa mascarilla. Por las buenas o por las malas. Acostúmbrate. Te prometemos un siglo XXI lleno de emociones. Póntela. Quizás jamás te la puedas quitar.

La nueva normalidad recopila la serie de tres artículos publicados en el periódico digital Nortes bajo ese mismo título.

«En mar abierto no es una “novela sobre inmigración”, porque Eduardo Romero no es uno de esos novelistas que eligen un tema “social” con buenas intenciones pero se ponen ellos mismos a salvo, y a sus lectores. Aquí no hay mero afán documental ni testimonial, ni por supuesto paternalismo ni “dar voz” a quien nunca la perdió aunque se la silenciasen violentamente. Aquí hay un autor que no escribe sobre otros, los otros, sino sobre los suyos, para asegurarse de que sean también nuestros. Y lo hace con toda la complejidad, inteligencia, pasión y belleza de la mejor literatura».—Isaac Rosa

«Para contar historias hay que poner atención. Poner atención a lo que no se ve a simple vista. A lo que queda oculto bajo el (des)orden. En la novela social la tendencia a la espectacularización de “las historias de vida” es proporcional a la ocultación del entramado de poder político, económico y social que produjo esas vidas. Sobre todo cuando se trata de (in)visibilizar el racismo. Alejarse de esta tendencia “que vende” requiere un compromiso ético y político. Por eso leemos a Eduardo Romero. Precisamente porque rompe con ese mandato capital, no solo en el contenido, sino en la forma; y permite ver lo que sucede en las calles de Oviedo a través de un estilo literario descarnado, poco adornado, alejado del uso metafórico. A través de una novela en la que la contundencia semántica responde también a la crudeza de las violencias que se pretenden (des)tapar. Porque es también así como se desvela la ternura donde la mayoría solo ve fealdad».—Ainhoa Nadia Douhaibi

«Manuel Martínez es un personaje excepcional con una vida trepidante en la que el “rebelde primitivo” y el militante anarquista se suceden como el gusano y la mariposa en una crisálida».—Santiago Alba Rico

La vida de Manuel Martínez (Madrid, 1951) puede leerse como la historia subterránea de toda una generación de inadaptados sociales; jóvenes de barrio que se enfrentaron a una maquinaria represiva que no se detuvo con la muerte del dictador. Su peripecia vital puede leerse como una contrahistoria de la España —de esa España salvaje— de la segunda mitad del siglo xx, que pasó del tardofranquismo a una democracia de consumidores.

Manuel entrará en el talego como un chorizo, como un quinqui de barrio, como uno más de los miles que sufrieron la aplicación de la Ley de Vagos y Maleantes —más tarde de Peligrosidad Social—, y saldrá de prisión convertido en un expropiador.

Ni es este otro libro carcelario ni la historia de Manuel Martínez es la historia de un héroe (en ocasiones es más bien la de un antihéroe). Es la narración de la vida en las barriadas madrileñas antes y durante el desarrollismo franquista, de la reclusión de Manuel durante década y media en todo tipo de instituciones de encierro y de su participación en la Coordinadora de Presos en Lucha (copel).

Este testimonio es, además, la historia de las madres que no podían atender a sus hijos porque trabajaban de internas, de esas mujeres que se convertirían en «madres de presos» y que se organizarían antes que ellos para luchar por sus derechos. Es la historia de la migración interna y de la urbanización vertiginosa, de los barrios de chabolas y de los bloques de viviendas, de los hippies y de los yonquis, de la vida «deprisa, deprisa». La historia, también, del exilio, pues Manuel Martínez tendrá que marchar a América Latina, donde, sobre todo en Brasil, vivirá algunos de los momentos más felices de su vida en una pequeña comunidad de fugados de España y Portugal.