Rastros de rostros en un prado rojo (y negro). Las casa baratas de Can Tunis en la revolución de los años treinta

Rastros de rostros en un prado rojo (y negro). Las casa baratas de Can Tunis en la revolución de los años treinta. Pere López Sánchez (2013). Virus. 440 páginas. Precio: 22 euros.

Las Casas Baratas del Prat Vermell —o de Can Tunis o de Casa Antúnez o de Francisco Ferrer Guardia— fueron levantadas en 1929 porque el brillo de la Exposición Internacional de Barcelona no consentía que, por las faldas de la montaña de Montjuïc, se esparcieran «tugurios de hojalata y mal ajustada madera». Los desalojados, ya asentados en las apelotonadas casitas de aquel prado rojo, pronto se aunaron para que aquel recóndito e inhóspito rincón fuera suyo. Además, siguieron aprendiendo y peleando para, a la que pudieran, reapropiarse de la ciudad entera. En julio de 1936, junto a otros muchos como ellos, lograron que su sueño igualitario de la Revolución Social empezara a ser realidad.

Las historias de aquellas gentes, que apostaron y lucharon —un día sí y otro también— por un mundo material y moralmente mejor, se amalgaman en una narración que estira de sus voces en los recuerdos de otros y escarba entre los papeles de los archivos. Los protagonistas, muchos hombres y mujeres sin renombre que no dudaron en dar vida a la ciudad que les desdeñaba y explotaba a un mismo tiempo, lo fueron por su sentido de lo común. Su legado fue el Ateneo Cultural de Defensa Obrera, el compromiso con la Organización Sanitaria Obrera, la larga huelga de alquileres, las otras muchas luchas en la fábrica del Prat Vermell, en las Arenas, en la Alena, en la Rivière… y, luego, la entrega a las colectivizaciones: la agrícola, en abastos, en la administración popular urbana…