STARDUST, LADY
Editorial: antipersona
ISBN: antipersona_hoguera
Publicación: 2015
Nº de páginas: 48
Precio: 3,00 €.
Bajo la acusación de brujería, más de doscientas mil mujeres fueron torturadas y asesinadas en Europa durante los siglos XVI y XVII. Este genocidio tenía un objetivo claro: la imposición del capitalismo por parte de las clases dominantes. Las nuevas formas de producción necesitaban cuerpos dóciles y disciplinados y para ello era fundamental acabar con toda forma de resistencia. Las mujeres, que habían liderado numerosas revueltas durante los dos siglos anteriores y controlaban la reproducción, se convirtieron en el enemigo. La caza de brujas permitió confiscar propiedades, demonizar a los mendigos y a los sectores de la población no productivos, acabar con las formas de vida comunales, imponer el control social y los roles de género y excluir a las mujeres de la actividad económica, social y política.
Pero la historia del surgimiento del capitalismo es también una historia de resistencia. Durante más de doscientos años la población europea trató de impedir que se cercaran y expropiaron las tierras y se negó a ser sometida a la tiranía del trabajo asalariado. El Estado necesitó desarrollar toda una maquinaria de control social que incluyó colegios, fábricas, hospitales y cárceles para conseguir los cuerpos dóciles que necesitaba, y ni siquiera así pudo acabar con las insurrecciones, los motines y las revueltas. Muchas mujeres se organizaron y resistieron con fuerza al nuevo orden social, aunque la historia de su lucha ha quedado en el olvido.
Este fanzine es un intento por recuperar parte de esa memoria. En la línea de Silvia Federici y Maria Mies, el texto parte del análisis de la caza de brujas como el proceso de acumulación de cuerpos necesario para el surgimiento del capitalismo, pero se centra también en un aspecto mucho más desconocido: las formas de resistencia organizadas que llevaron a cabo algunas mujeres. El fanzine, muy conocido en Reino Unido y Estados Unidos desde su publicación en 2007, ha sido ahora traducido por primera vez al castellano por Antipersona.