De la miseria en el medio estudiantil y otros documentos

VV.AA.

Editorial: Pepitas de Calabaza

ISBN: 978-84-15862-74-1

Publicación: 2018

Nº de páginas: 144

Precio: 15,80 €.

De la miseria en el medio estudiantiles —en su génesis, aplicación y efectos prácticos— además de uno de los escándalos más bellos del siglo xx, la verdadera antesala de Mayo del 68, del que se celebra ahora su cincuenta aniversario.

Presentamos, para uso y disfrute de las jóvenes generaciones, una nueva traducción, a cargo de Diego Luis Sanromán, del célebre texto situacionista, acompañado de algunos documentos apenas conocidos relacionados con el opúsculo: el prólogo-epílogo que la Sección Inglesa de la Internacional Situacionista hizo para la edición en inglés; algunos textos de Guy Debord y Mustapha Khayati relacionados con la redacción y edición (así como la polémica que hubo con su reimpresión comercial); un texto de la is a propósito del escándalo de Estrasburgo; y el cómic El regreso de la Columna Durruti, entre otros documentos. Y todo ello va precedido por una introducción de Miguel Amorós en la que disecciona cómo se perpetró el llamado Escándalo de Estrasburgo.

[…] La «rebelión de los jóvenes» ha sido y sigue siendo objeto de una auténtica inflación periodística, que hace de ella el espectáculo de una «rebelión» posible, dada a la contemplación para impedir que se la viva, la esfera aberrante —ya integrada— necesaria para el funcionamiento del sistema social; esta rebelión contra la sociedad tranquiliza a la sociedad porque se supone que seguirá siendo parcial, que estará confinada al apartheid de los «problemas» de la juventud —del mismo modo que habría problemas de la mujer o un problema negro— y que no durará más que una parte de la vida. En realidad, si hay un problema de la «juventud» en la sociedad moderna, es que la juventud siente con mayor intensidad la crisis profunda de dicha sociedad. Producto por excelencia de la sociedad moderna, la juventud es ella misma moderna, ya sea para integrarse en ella sin reservas, ya para rechazarla radicalmente. Lo que debería sorprender no es tanto que la juventud sea rebelde, sino que los «adultos» estén tan resignados. […]