Hay territorios desde donde se puede entender cómo y por qué están cambiando las violencias
feminicidas a nivel global. México es uno de ellos. Ahí las formas tradicionales del feminicidio —violencia familiar, laboral, etc.— se entrelazan con formas contemporáneas, como las desapariciones y los feminicidios a gran escala. La telaraña de poderes agudizan las violencias que sirven como mecanismos de despojo contra los cuerpos de todxs. Pero también, gracias a los feminismos, se empieza a nombrar lo indecible y a renovar la existencia.

La autora nos plantea “la historia del feminicidio como una categoría nacida políticamente desde la frontera de Ciudad Juárez y desplegado desde los feminismos latinoamericanos y caribeños. Esta invención conceptual está ligada a una búsqueda de justicia impulsada por luchas de mujeres que denuncian, buscan, pelean, duelan y colectivizan su dolor. Es una categoría que emerge desde abajo y desde el Sur y que llega al Norte con esa carga de politicidad e incluso modifica la lengua más dura: los mismos códigos penales. “La reconstrucción histórica de la categoría adquiere así el sentido de ser un ejercicio de despatriarcalización y descolonización”, explica la autora. El libro hace justicia con quienes pusieron el cuerpo luchando, investigando y escribiendo antes y se trama con la construcción colectiva que abre camino para quienes vendrán después." (Verónica Gago)