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Michel Foucault es recodado esencialmente como el polémico intelectual que en los años sesenta contribuyó a la difusión de la moda estructuralista. Sin embargo, como revela el libro de Ceballos Garibay, el Foucault que permanece con plena vigencia no es el autor de las Palabras y las cosas sino más bien el teórico del poder, aquel que partiendo de la concepción microfísica de la política construye una visión novedosa y certera sobre los dispositivos del poder disciplinario en la moderna sociedad capitalista.

Efectivamente, cuestiones seminariales como: estratégias microfísicas del poder que atraviesan y sobredeterminan el conjunto de las instituciones (familia, escuela, hospital, etc.), la conversión del poder en un saber que se sacraliza como Ciencia, la formación de discursos normativizados que excluyen y estigmatizan a los sujetos "anormales" e improductivos, la postulación de la biopolítica como clave explicativa de la dominación Estatal y la explotación económica, la original hipótesis sobre el poder afirmativo, la imagen panóptica de la sociedad carcelaria, la sexología al servicio de las políticas demográficas, las últimas consideraciones sobre la tecnología de yo y la ética como estética, constituyen algunos de los temas de enorme importancia que convierten a Foucault en uno de los intelectuales más significativos del siglo XX.