Ingredientes
- 150-200 g de setas
- 1 cebolla
- 1 puerro
- Un poco de vino blanco
- Un chorrito de salsa de soja
- Un chorrito de aceite
- Sal
- Pimienta
Elaboración
- Lavamos las setas y el puerro
- Cortamos la cebolla, el puerro y las setas en trozos un poco grandes.
- Ponemos un chorrito de aceite en un sartén grande y rehogamos a fuego fuerte la cebolla y el puerro; cuando están dorados añadimos las setas y salteamos un par de minutos.
- Añadimos el vino blanco –o cerveza- y dejamos que evapore. Añadimos la pimienta molida y el chorrito de salsa de soja –cuidado con pasarse, que sala mucho- y tapamos y bajamos el fuego para que se hagan despacito. Las mantenemos a fuego suave unos 15 minutos –se trata de que se hidraten con la cocción y la textura pase a ser mucho más suave-. Probamos y, si es necesario, añadimos un poco de sal. Están más ricas reposadas, aunque también están muy buenas recién hechas.
- Podemos tenerlas un par de días en la nevera y utilizarlas para hacer un revuelto, como acompañamiento de una pasta o de un arroz, para una pizza o como ingrediente secreto de un bocadillo 😉 También para añadir a cualquier guiso, por ejemplo con fabas están impresionantes.