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Editorial (La Madeja nº 1)

¡Ya tienes entre tus manos el número 1 de La Madeja! Increíble en estos tiempos que corren, ¿no? Nosotras todavía nos estamos acostumbrando. Aunque ya vamos siendo conscientes de que la imaginación e ilusión iniciales han tomado cuerpo y se han hecho realidad con dos números en seis meses. En este tiempo más de 30 personas han aportado textos, imágenes, diseños, correcciones e ideas; casi 400 han comprado el número 0 –esperamos que lo hayan leído–; muchas nos han animado, se han preocupado por la marcha del proyecto, lo han contado a otra gente…

¿Todo genial? Pues no, claro que no. Queremos contaros algunas de las alegrías y dificultades –habituales por otra parte en cualquier grupo que se junte para llevar a cabo una actividad continuada en el tiempo–. No estamos muy seguras de si narrar estos entresijos es feminista o simplemente una manera de contar diferente, pero creemos que es importante.
Empezamos esta andadura de idear y gestionar la revista tres personas, luego pasamos a ser cinco en un grupo más o menos estable y ahora volvemos a ser tres –no las mismas tres del principio– con posibilidades de llegar a ser una o incluso a la autodisolución. Desde luego que las matemáticas aquí no pintan nada –o casi nada–. Tiene más que ver con que nuestra profesión no es la de editar revistas –ni aspiramos a ello–; unas estudian, otras tienen trabajos precarios, otras migran… y en algunas incluso se dan todas las circunstancias simultáneamente. También está relacionado con la militancia misma en unos movimientos sociales numéricamente mermados y con las características intrínsecas que conllevan la participación en un grupo –en este caso feminista–: uso del poder entre las personas, diferentes perspectivas con respecto a la concordancia entre discursos y prácticas, dificultades en la comunicación interpersonal, (des)afectos, problemas para encontrar tiempos y espacios de confluencia… Esto no es una amenaza de cierre de La Madeja, pero sí un compartir que cuesta mucho esfuerzo personal y colectivo sacar adelante proyectos como éste, que las personas que estamos en ello lo hacemos con mucho gusto y responsabilidad pero que somos humanas, nos cansamos o nuestras circunstancias vitales cambian. Y aquí las matemáticas sí tienen algo que decir: si el grupo de trabajo es de 10 en vez de tres personas, los ires y venires de unas y otras no suponen un cuestionamiento constante de la permanencia del proyecto.

Una de las motivaciones que teníamos era la de conocer a otra gente, dialogar y debatir con ellas desde los feminismos, que la revista sirviera de herramienta de trabajo, que nos ayudara a tejer redes. Tras la experiencia de estos últimos meses, sentimos que la revista ya es un punto de encuentro, una excusa para el debate, un lugar para la reflexión de un número amplio de personas.

También sospechábamos que en esta andadura aprenderíamos muchísimo. Todavía de vez en cuando nos miramos entre satisfechas e incrédulas al ver confirmado ese presentimiento. Creemos que es importante que las personas nos auto-organicemos para decidir y construir nuestros propios procesos de aprendizaje; que vayamos adquiriendo los saberes a la vez que hacemos aquello para lo que queríamos aprender. La Madeja nos parece una buena forma de hacerlo.

Os presentamos aquí un nº 1 con casi las mismas secciones que el anterior –aunque en otro orden–. Seguimos convencidas de los lugares desde los que queremos contar: desde las identidades, las relaciones interpersonales y sociales, los cuerpos, los márgenes, las fronteras, las luchas; y defendemos que ser y estar feminista es ocuparse, denunciar y luchar contra todas las injusticias, no sólo aquellas que soportan las mujeres por el hecho de ser mujeres.
En este número continuamos explorando diferentes formas de contar, la multiplicidad de lenguajes. Quizás por desconocimiento, quizás por intuición; puede que porque algo no nos cuadra y vamos a ver si en espiral lo vemos mejor. Veréis también que ilustramos poco y (nos) preguntamos mucho. Plantarnos ante preguntas nos convierte en sujetos, en protagonistas, en responsables de encontrar respuestas. Formular preguntas es una muestra de curiosidad, de humildad, de disconformidad con mensajes como: “éste es el único camino”, “el gobierno no puede hacer otra cosa” o “hay que trabajar más y ganar menos”.
Precisamente el dossier de este número surge a través de una pregunta. La Madeja es editada por la asociación Cambalache, colectivo social que a lo largo de los últimos años ha realizado junto con otros grupos un trabajo teórico y práctico importante en el tema de las migraciones. De ahí que nos preguntemos qué supone analizar, denunciar, trabajar los procesos migratorios, sus causas y consecuencias desde una perspectiva feminista.

También indagamos en este ejemplar sobre cómo y por qué aprendemos a ser mujeres y hombres, qué estrategias de resistencia social y laboral han tenido las mujeres en diferentes contextos. Investigamos en maneras de situarnos y entrelazar luchas cuando diversas características son motivo de discriminación y concurren en las mismas personas o colectivos, como las dis-capacidades y las orientaciones sexuales. Éstos y otros temas son los que encontraréis en estas páginas.

Esperamos que disfrutéis leyendo la revista, que os anime a seguir o a empezar a ver y a estar en el mundo con perspectiva feminista. Los comentarios, críticas y valoraciones que algunas personas nos habéis comunicado con el nº 0 nos han sido de utilidad, así que nos gustaría que siguierais haciéndolo. Nos encantaría, además, que este proyecto ilusionara a gente con ganas y disponibilidad para construirlo y alargarlo en el tiempo y en el espacio.

Editorial (La Madeja nº 0)

portada nº 0 La MadejaHace casi un año comenzamos a recorrer un camino que, por ahora, nos ha llevado hasta esto que tienes entre tus manos –o ante tus ojos si nos ves en una pantalla–. Un camino lleno de preguntas, ilusiones, dudas y alguna que otra respuesta sobre lo que queríamos. Comenzamos esta aventura por la que decidimos apostar, arriesgar, angustiarnos y trabajar. La editorial de este número cero está destinada a presentarnos, a presentar nuestro proyecto. Un proyecto que está en proceso de construcción y que anhelamos esté constantemente en transformación, sumando más personas dispuestas también a transformar(se).

¿Quiénes somos?

Somos un grupo de personas que, por una u otra razón, hemos coincidido en la asociación Cambalache en un momento dado. Cambalache es un proyecto social que trata de generar nuevos espacios de encuentro al margen de la mercantilización generalizada. Frente al individualismo y al mercado, creemos en la necesidad de construir lugares de intercambio en los que compartir resistencias. La actividad de Cambalache se organiza a través de diversas líneas de trabajo: inmigración, feminismo, ecología, salud y comunicación.

Las diversas iniciativas que conviven y se entrelazan en la asociación comparten una característica común: hacer política a partir de prácticas concretas que pretenden transformar las relaciones sociales aquí y ahora. Nuestra intención es que los materiales editados sean un complemento de nuestros espacios de formación y de nuestras prácticas sociales, un medio y una herramienta para llegar a otras personas y colectivos.

¿Por qué queremos realizar esta revista?

La realización de este proyecto responde al deseo de aventurarnos en una búsqueda textual, es decir, responde al deseo de escribir, de plasmar en la letra aquellas ideas que cada una desde sus espacios particulares viene trabajando. Por otro lado, pensamos que es un espacio propicio para dialogar, construir, disentir, aprender, socializar conocimientos y reflexiones, no sólo con el resultado final, sino también en la cotidianidad del proceso de elaboración de la publicación. Si bien la idea surge en el seno del grupo de feminismo de Cambalache, excede sus fronteras para conformar un grupo heterogéneo y múltiple en el que desde una mirada feminista se entremezclan diversas voces.

Pensamos que el lenguaje es reflejo de la sociedad que lo utiliza y también herramienta de transformación de la misma. En este último sentido queremos utilizarlo. La publicación quiere ser una apuesta polifónica en la que encontrarás no sólo diversos estilos narrativos (ensayística, cuentos, entrevistas, poesía, reseñas, información, etc.) sino también gráficos.

Pero, de alguna manera, el motor de la propuesta es el hecho de que una publicación periódica nos permite un acto reivindicativo-militante. Es decir, genera un espacio abiertamente político en el que aspiramos a levantar la voz, discutir críticamente, hacer visibles aquellas problemáticas acalladas desde el poder actual, disentir y posicionarnos y, fundamentalmente, dialogar, hacer (nos) preguntas.

¿Qué quiere decir una «publicación feminista»?

Si bien los lineamientos ideológicos que atraviesan esta publicación pretenden ser amplios para poder constituir un espacio de discusión, parten de algunos supuestos que nos gustaría explicitar. Deseamos abordar distintos temas, no únicamente los tratados tradicionalmente por el feminismo, desde una perspectiva feminista. En este sentido, consideramos pertinente aclarar que no existe un único feminismo y que tanto las estrategias como las conceptualizaciones para generar un cambio, pueden variar según los lugares y circunstancias en los que acontezcan, como lo han hecho históricamente. Tratar diversos temas con una perspectiva feminista significa acercarse a los mismos incluyendo una sensibilidad que pueda reconocer que un mismo hecho no incide por igual en las distintas personas que conformamos esta sociedad como consecuencia de cómo se nos identifica dentro de ella. En este sentido, queremos incluir en esta propuesta aquellas perspectivas que normalmente son invisibilizadas en los medios de comunicación tradicional, aquellas a las que habitualmente no damos importancia: biografías, afectos, vida cotidiana, lenguaje, nuevas masculinidades, los márgenes, los cuidados, las relaciones, la sexualidad, etc.

Creemos que, desde este punto de vista, la perspectiva feminista conlleva la crítica al sistema patriarcal y, por ende, al capitalismo, ya que trabajar por un mundo más justo para las mujeres implica también trabajar por todos los otros que se encuentran en los márgenes. Creemos que el feminismo es una teoría política que propone un cambio de la sociedad en la que vivimos y que cuestiona las bases mismas que estructuran dicha sociedad. Tales bases han discriminado tradicionalmente a la mitad de la población: las mujeres, por su sexo, colocándolas en una situación de desigualdad frente a los hombres e imponiéndoles roles que en muchas ocasiones ellas mismas reproducen. Pero este sistema encierra igualmente a los hombres en unos roles que también hay que cuestionar. Además, hoy en día existen muchos interrogantes acerca del significado de ser «mujer» y «hombre» y de la necesidad de romper con estas denominaciones estrechas. Por lo tanto, creemos que el feminismo es algo que debe ser asumido por todas las personas que aspiran a la construcción de sociedades y cotidianeidades más justas.

No desconocemos que esta editorial tiene un carácter de manifiesto, pero creemos que el mismo da cuenta de los orígenes de este camino que esperamos poder compartir con vosotras y vosotros.